El robot de demolición es un equipo que consiste en una máquina dirigida por control remoto, energizada por un motor eléctrico, automarchante sobre orugas, y capaz de montar una herramienta hidráulica. Los robots de demolición suelen trabajar con martillos hidráulicos, pinzas, cizallas, pinzas de manipulación o fresadoras de picas.

 

 

Por la configuración de su brazo articulado es una de las pocas máquinas específicamente diseñada para trabajos de demolición. Con un tamaño muy compacto y un peso de 2 toneladas, aporta unos alcances horizontales y verticales muy superiores a una máquina convecional, a la vez que es capaz de montar un implemento hidráulico de mayor peso y potencia que la máquina equivalente convencional.

 

 

Se eliminan riesgos para los trabajadores al minimizar los trabajos a hacer por medios manuales y al no situar a los trabajadores en los puntos de demolición gracias a los controles remotos de los robots.

 

 

Gracias a su gran alcance vertical para una máquina tan compacta y liviana se reducirá muy drásticamente la necesidad de montar andamios reduciendo la exposición a riesgos de los trabajadores.

 

 

Muy frecuentemente utilizados en obras nuevas de contrucción o en mantención en industrias y mineras por su pequeño tamaño y alto rendimiento.